martes, 28 de julio de 2015

A VECES…

A veces es mí adentro el que no entiende
la agonía de esos rostros de vacíos,
los que anuncian caminos sin retos
en voluntad del corazón,
que es razón de cada lugar
estallado por la sociedad,
castigado por las penumbras
de aceres contraídos  por sí mismos,
al creer el padecer no hecho,
dicho, imaginativo
por parado de amar…

A veces  es mí adentro quien se revuelve
por retorcidos espasmos,
que destemplan hasta mi quehacer
en el reclamo del hacer, 
por valientes de sucesores
queriendo ser maestro
y tiempo a la vez,
siendo bajo de amores
porel desglosado destierro
que de amor hacen, 
por unos cuantos trajes, 
como por unas cuantas decisiones,
sin  recorrer el rastro cerca de hacer,
concedido por su estatus,
haciendo ceniza lo que es fuego
de  amor en su querer,
sabiendo que al final 
todos navegamos en el mismo barco,
el que a la deriva nos resbala
o a orillas nos acoge...

A veces son mis lagrimas
rebosadas de salazones,
las  que  escuecen  en mi corazón,
por ver la carga de mundo,
que es la carga mía
al ver miradas en  agonía de los días,
y que a veces restaurarlas
son al entendimiento,
pero  ciegos de si mismos
sólo ven el tratar de su desdén,
el que hace daño sin ver,
que somos días  sin horas
entre la vida y la muerte.
Que somos libres sin carga
liberando nuestra alma,
del desdén de fuego
acallado de la tierra de cielo.

Autora:Lucía Pastor





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