Tengo pánico
decía ella, a ser imagen de cámara,
aún teniendo
camino hecho, decía, pero no es igual
hablar de
aquél, de aquella o de ese camino errante,
que hablar
del horizonte de sí mismo, como del corazón andante
entre
puertas abiertas al inquietante saber, del que te conoce
o quiere
conocerte en su legal vista de lince...
Tengo pánico
decía ella, al encuentro de llamadas
entre los
arbolados de cámaras, y aún así lo había hecho
entre
sudores de pecho, y quizás lo hará de nuevo,
es superar
miedos de lugar, de espacios entre tenidos,
para
alcanzar aquello que nos propone la vida,
ella es la
que nos guía, la que nos premia
o nos
conduce al abismo del hacer, a veces
por miedo a
decir quién somos, qué hacemos
aunque a veces hay que tenerlo por rastreadores
sin fuerzas,
aún estando
escrito entre caminos de hechos como de lechos…
Autora: Lucía Pastor
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